Utilizamos cookies propias y NO utilizamos cookies de terceros, no estamos de acuerdo con la publicidad personalizada y los hábitos de navegación. Información

Continuidades Botiquín para mi Ciudad

Continuidades. Más allá de los talleres.

La construcción colectiva del Botiquín, de los remedios y las herramientas que lo componen, tienen la facultad de operar como semillas en los territorios y comunidades en los que se desarrolla.


Una vez suceden los talleres, y el Botiquín toma forma, las comunidades de vecinos y vecinas que formaron parte del proceso, se apropian de los instrumentos y metodologías para continuar manteniendo e imaginando remedios para sus territorios.


El proyecto en sí mismo se entiende, también y sobre todo, a través de estas continuidades, desde los brotes que las distintas herramientas, utilizadas y construidas colectivamente, brotan, crecen y se propagan por el territorio. Un ejemplo interesante de continuidad lo encontramos en Vallecas, donde el grupo de mediadoras y participantes de los talleres, ahora bajo el nuevo nombre de Conservera del Valle del Kas, decidieron mantener las sesiones de cocina en el Centro Social La Brecha. La intención de estos talleres, basados en el aprovechamiento de los productos que reciben de la despensa del barrio, es la de continuar aprendiendo y experimentando las técnicas necesarias para crear su propia marca de conservas, una nueva forma de ingresos y fuente de trabajo para las vecinas del barrio.


Algo similar sucedió en Orriols, donde tras los talleres, se realizaron sesiones de bordado, actividades en el huerto urbano, proyecciones, charlas y mesas redondas en torno a la creación de comunidades energéticas, talleres de mapeo colectivo y una semana intercultural, con bailes tradicionales de las distintas culturas que habitan el barrio, murales colectivos, talleres, ciclos de cine, juegos y conciertos.

“Es importante dejar de esperar que vengan de arriba a solucionar los problemas, y empoderar nuestra participación y decir lo que queremos y ponernos a trabajar en común, colectivamente, de manera asamblearia, lo más horizontal posible, cada uno con lo que sabe”

Manuel, mediador en el desarrollo de Un Botiquín para Orriols.


Al igual que sucedió en Vallecas, el Botiquín realizado en Orriols impulsó el desarrollo de nuevas propuestas en el barrio, evidenciando la necesidad y el deseo de estas comunidades por seguir construyendo espacios de encuentro, que posibiliten la escucha, la imaginación y el trabajo por un futuro común.


“Me quedo con una bonita experiencia al relacionarme con otra cultura, con gente que en mi vida haya personas del África que jamás nunca he tratado nunca. Siempre he estado relacionada con Sudamérica y poco más.”

Susan, participante en los talleres realizados en Vallecas.


El impulso pos-botiquín también se hizo eco en Ceuta, donde una vez finalizadas las sesiones, los y las participantes visitaron el Campus Universitario de Ceuta (UGR) para compartir, con alumnos y profesores, su visión y propuestas en relación a la ciudad de Ceuta. Durante esta jornada se presentaron los remedios y los miradores diseñados por las distintas comisiones. Tras esta presentación, los miradores viajaron hasta la Biblioteca Pública de Ceuta y al Centro Cultural del barrio San José-Hadú.


Una tentativa de generar alianzas y “agujerear” estas instituciones y espacios culturales públicos, para impregnarse social, política y afectivamente del contexto presente, y seguir aprendiendo del ecosistema cultural y social circundante, resignificando los espacios académicos, además, como espacios de y para cualquiera.